Quizá aún no lo sepas,
pero tu alma de niño pequeño
fue más valiente que un enamorado
y para no pasar miedo
quiso hacerse amiga
de los monstruos de debajo de la cama,
y así tus sueños sucedieron en tropel.
Quizá aún no lo sepas,
pero tu espalda tiene cicatrices
que recuerdas con mimo
y eres capaz de encontrar música
en momentos anodinos
y lloras, a veces, sin motivo,
y eso te hace tan humano
que me hace pensar que este planeta
tan roto
no te merece.
Quizá aún no lo sepas,
pero vives tanto todo
que no te da tiempo a descansar
y te falta hueco en las noches
para mirarte al espejo
y continuar los sueños que se quedaron a medias.
Quizá aún no lo sepas,
pero tus ojos están llenos de mar
y llevas dos alas atadas a la garganta
y una sonrisa
que podría anular cualquier pena
-eres un superhéroe-.
Quizá aún no lo sepas
porque no te lo han dicho las veces que mereces
-que debiera ser una
por cada vez que miras-,
pero hay personas que sueñan tanto,
tan alto,
tan enorme,
que a veces se creen
que los sueños les quedan grandes.
Pero están equivocados,
pequeño.
Los sueños
crean a las personas,
y tú estás hecho de ellos.
Lo sé
porque antes de conocerte,
de contemplarte,
estaba un poco dormida,
algo gris,
y entonces tu mundo y tú
sacaron los colores al aburrimiento
y en la distancia me enseñaron
que la gente especial
es aquella que no deja de crear,
de llorar,
de vivir y sonreír,
de amar,
de cantar cada mañana por el balcón
y buscar un abrazo sin palabras.
Es aquella que no se rinde,
que no deja de soñar aunque suene el despertador,
que ayuda
y abre sus brazos antes que la puerta.
La gente especial
es aquella que cree en sí misma
y salva al resto.
Así que, por favor,
no dejes de creer en ti
ni de soñar,
no nos quites la magia que regalas
aunque la tormenta se haya parado sobre ti,
que ya sabes lo que dicen:
el frío solo dura
lo que aguantas sin ropa.
Y tú tienes a tu lado
suficientes manos para poder salir sin abrigo a la calle.
pero tu alma de niño pequeño
fue más valiente que un enamorado
y para no pasar miedo
quiso hacerse amiga
de los monstruos de debajo de la cama,
y así tus sueños sucedieron en tropel.
Quizá aún no lo sepas,
pero tu espalda tiene cicatrices
que recuerdas con mimo
y eres capaz de encontrar música
en momentos anodinos
y lloras, a veces, sin motivo,
y eso te hace tan humano
que me hace pensar que este planeta
tan roto
no te merece.
Quizá aún no lo sepas,
pero vives tanto todo
que no te da tiempo a descansar
y te falta hueco en las noches
para mirarte al espejo
y continuar los sueños que se quedaron a medias.
Quizá aún no lo sepas,
pero tus ojos están llenos de mar
y llevas dos alas atadas a la garganta
y una sonrisa
que podría anular cualquier pena
-eres un superhéroe-.
Quizá aún no lo sepas
porque no te lo han dicho las veces que mereces
-que debiera ser una
por cada vez que miras-,
pero hay personas que sueñan tanto,
tan alto,
tan enorme,
que a veces se creen
que los sueños les quedan grandes.
Pero están equivocados,
pequeño.
Los sueños
crean a las personas,
y tú estás hecho de ellos.
Lo sé
porque antes de conocerte,
de contemplarte,
estaba un poco dormida,
algo gris,
y entonces tu mundo y tú
sacaron los colores al aburrimiento
y en la distancia me enseñaron
que la gente especial
es aquella que no deja de crear,
de llorar,
de vivir y sonreír,
de amar,
de cantar cada mañana por el balcón
y buscar un abrazo sin palabras.
Es aquella que no se rinde,
que no deja de soñar aunque suene el despertador,
que ayuda
y abre sus brazos antes que la puerta.
La gente especial
es aquella que cree en sí misma
y salva al resto.
Así que, por favor,
no dejes de creer en ti
ni de soñar,
no nos quites la magia que regalas
aunque la tormenta se haya parado sobre ti,
que ya sabes lo que dicen:
el frío solo dura
lo que aguantas sin ropa.
Y tú tienes a tu lado
suficientes manos para poder salir sin abrigo a la calle.
Bon diumenge!
C.
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